Terapias Ecuestres

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Nosotros los humanos nos relacionamos los unos con los otros para obtener compañía, amistad, amor, bienes económicos, etc. Así mismo, también nos relacionamos con los animales para obtener compañía o cariño. En ambos desarrollamos vínculos, pero en el caso de la interacción con los animales no siempre es así, ya que hay ocasiones en las que las relaciones son meramente utilitarias.

En el pasado, los animales eran de gran utilidad como compañeros de caza, en el mantenimiento de la temperatura corporal y para una pronta detección del peligro (Robinson, 1995); tales razones parecen tener una menor importancia en la actualidad, particularmente en las ciudades.

Sin embargo, hay un creciente número de personas que tienen animales en sus casas, lo cual implica una alta inversión de recursos y tiempo (Staats & Horner, 1999). El hecho de que este vínculo haya superado el paso de cientos de años y cambios tecnológicos y culturales, sugiere que sirve a importantes necesidades humanas (Staats, Sears, & Pierfelice, 2006).

Actualmente se estudia de forma sistemática los efectos físicos, psicológicos y sociales que conlleva para las personas la relación con los animales. Diversos estudios han demostrado que los niños que han recibido programas educativos sobre trato humano hacia los animales muestran un mejor calidad en el trato al animal, y lo más importante, muestran mayor empatía por otras personas.

Derivado de los múltiples beneficios encontrados en esta interacción, se ha investigado en los procesos terapéuticos realizados con caballos, viéndose numerosas ventajas y soluciones. Estos programas son denominados terapias ecuestres (TEAC) entre las que encontramos:

• La terapia asistida por caballos, o equinoterapia, es complementaria a las ya existentes (fisioterapia, psicoterapia, terapia ocupacional, programas de entrenamiento en habilidades sociales, educación especial, etc.) que utiliza al caballo como mediador para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual, física o sensorial, problemas de salud mental o problemas de adaptación social.

En un estudio con niños y adolescentes con serios problemas de conducta expuestos a equinoterapia, se observó una mejora en las áreas de comunicación interpersonal, autoestima, y locus de control interno (percepción de que las cosas dependen de uno mismo) (Ewing & McDonald, 2007).
En relación con la autoestima, Williams (2004) afirma que el niño traducirá el cariño por el animal por cariño hacia sí mismo.

También se ha encontrado que este tipo de terapia beneficia el desarrollo de habilidades verbales y motoras de niños con síndrome de Down y autismo (Mallon, 1992).

• La Hipoterapia, (equitación terapéutica o equitación adaptada) está indicada para personas quienes, por la severidad de su discapacidad, apenas pueden ejercer acción alguna sobre el caballo (Romerá, 2006).

• La Equitación Terapéutica está dirigida a personas con discapacidad que pueden ejercer algún tipo de acción sobre el caballo, ya sea en la monta, pie a tierra o en ambas situaciones. En este caso la enseñanza de los principios básicos de la equitación sirve como vehículo para el tratamiento de problemas físicos, la modificación de comportamientos inadecuados, y el entrenamiento en habilidades cognoscitivas y sociales.

Es por tanto el caballo una gran fuente de salud, un haz de luz para afrontar las dificultades de todas aquellas personas que las sufren.

Patricia Vicente Herrero

Estudiante de Psicología de la Universidad de Salamanca

Publicación: Pasión y Tradición.El Mundo del Caballo.